martes, 26 de julio de 2011

Caminamos juntos.

 
Es imposible recordar a Dios en secreto y a solas. Si quieres recordar a tu Padre, deja que el Espíritu Santo ponga orden en tus pensamientos y te dé la única respuesta con la que Él responde. Todo el mundo anda en busca de amor al igual que tú, pero no pueden saberlo a menos que se unan a ti en esa búsqueda. Si emprendéis la búsqueda juntos, la luz que os acompañará será tan poderosa que impartirá significado a todo lo que veáis. La jornada que se hace en solitario está destinada al fracaso porque ha excluido lo que quiere encontrar.
 

lunes, 4 de julio de 2011

Acéptate humildemente

Aceptarse plenamente implica reconocer el nivel de conciencia en el que te encuentras. No eres superman, no eres un mono.
Una cosa son tus convicciones y aspiraciones espirituales y otra muy diferente es la experiencia que tienes de ellas. Seguramente desees el amor para todas tus relaciones, pero es muy probable que no lo hayas realizado. Quizá desees la paz en el mundo pero es muy evidente que aún tienes relaciones conflictivas. 
Coherencia significa que no sacrificas tus ideales pero tampoco actúas en base a algo que no has integrado. Puedes reconocer por ejemplo, que no eres este cuerpo pero no por eso vas a descuidarlo o a ponerlo en situaciones que lo dañarían. Comprender que lo que estas haciendo lo estás haciendo bien dado el nivel de conciencia que dispones es asumir responsabilidad por lo que disnponemos y deshacerse de la culpa por no encontrarse mas allá de nuestras limitaciones. Aceptar con humildad donde te encuentras permite que tu Ser te revele Su Conciencia más allá del lugar que te encuentras.


Animados

Un Alma con un Hombre en la Tierra; no un Hombre con un Alma en el Cielo





¡Hamlet soy yo!


Si mi ego no sabe que está siendo representado por todos, mi personaje lucha por un protagonismo que sólo puede tomar el gran escenario al que pertenece. Como el haz de luz es al Sol, la estrella no es distinta de su propia luz, y así se iluminan mutuamente.
Cuando interpreto sin identifircarme con la experiencia de la actuación, la Obra y yo somos uno, y soy la gran obra de mi vida : mi conciencia se vuelca sobre la percepción sin juicio ni temor: Soy el testigo de la suma de los actos que me representan en todo.

Sin vida

Quien desea la muerte no sabe qué es la Vida.
Quien teme y huye de la muerte, no sabe que él es la Vida.


sábado, 2 de julio de 2011

El Nombre de Dios

Esta es una leccion que parte de una idea que se conoce en varios caminos misticos: encontrar el Nombre de Dios es conocer su realidad. Esto nos lleva de nuevo a la dimension espiritual del alma, q no es una conciencia q no se pueda alcanzar por la via racional. Buscar Su Nombre, es buscar la misma esencia inmutable y permanente en todos los pensamientos. Es un no-hacer para la mente q alcanza un estado no-mental por la inspiracion del espiritu santo.


El nombre de Dios no es una palabra, pero es Su Palabra. Los sufies describen esta busqueda de un modo muy bello, porque conecta con la poesia y el cuento de tradicion espiritual. Uno busca el nombre de Dios en todas las cosas: en la comida, en el paisaje, en los ojos del hombre; y en la naturaleza aparente de todas las cosas halla una puerta  a la divinidad. Y en cada accion se busca el centro de la naturaleza divina tambien: en la meditacion, en la danza, en el caminar. Y en esta busqueda, el caminante descubre q el camino y el caminar son lo mismo. Que el observador y lo observado son uno. Nos fundimos con el mundo de la percepcion, y mas alla de el, conocemos el Nombre de Dios. Porque por la fuerza de su Voz, hemos creado el universo. Ahora recorremos el camino a la inversa: omitimos lo aparente para descubrir lo esencial.

Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.

El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. Un padre le da su nombre a su hijo y, de este modo, identifica a su hijo con él. Sus hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vinculo en el que encuentran su identidad. El Nombre de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso cuando tú mismo no lo has recordado.

El Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una respuesta, ni pronunciado sin que produzca un eco en la mente que te exhorta a recordar. Di Su Nombre, y estarás invitando a los ángeles a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que quisiera mancillar tu santidad.

Repite el Nombre de Dios, y el mundo entero responderá abandonando las ilusiones. Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella: un milagro de gracia. Los enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. Los ciegos podrán ver y los sordos oír. Los afligidos abandonarán su duelo, y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de felicidad venga a bendecir al mundo.