Pedimos el milagro al querer pensar de otra manera. Dios respeta tu mente; tienes que querer dejar de fabricar tus mundos.
De la creencia sale el pensamiento y de ahí la emoción. Al decir que quiero ver esto de otra manera no entregamos las emociones sino las creencias. Reconocemos que hemos salido del Uno y hemos proyectado. Pedir verlo de otra manera significa estar dispuesto a ver de una forma que no imagino. Si la imagino ya la estoy proyectando.
El milagro sucede si estoy dispuesto a abrir una rendija de buena voluntad. Para que entre otra mentalidad debo estar dispuesto a soltar la mía un instante.
-Extracto de una clase de Isabel Solana-
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