Durante este período, cambios comienzan a ocurrir en nuestra vida en  preparación para desatarnos psicológicamente a lo que valoramos como  importante. Un Curso de Milagros me recuerda: "Durante este periodo  parece como si nos estuviesen quitando las cosas, y raramente se  comprende en un principio que estamos simplemente reconociendo su falta  de valor." M-4.IA3: 3 Debido a que nada de este mundo tiene valor puesto  que todo es una ilusión, cuando empezamos a perder, o mejor dicho,  forzados a desatarnos de lo que consideramos valioso o importante, ya  que aún no hemos reconocido el hecho de que carecen de valor alguno,  experimentamos muchísimo dolor. No porque la experiencia sea dolorosa,  sino debido a nuestra falta de confianza en lo que realmente está  sucediendo. El Curso dice entonces: "¿De que otro modo se iba a poder  percibir lo que no tiene valor, a no ser que el perceptor estuviese en  una posición desde la que no puede sino ver las cosas de otra manera?" M-4.IA3: 4
En otras palabras, mientras te estás aferrando a una ilusión, no eres  capaz de percibir la falta de valor que la misma tiene. Pero una vez que  la dejas ir, o te encuentras forzado a dejarla ir, desde ese punto de  vista diferente puedes ver la falta de importancia que la misma tenía.
A través de ese tipo de desprendimiento completo te das cuenta de que  todo el dolor y el sufrimiento que experimentaste al aferrarte a lo que  no querías dejar no era necesario. Te pido por favor que no confundas lo  que acabo de decir con el viejo dicho que dice: "El tiempo lo cura  todo." El tiempo no cura nada, sólo esconde la culpabilidad hasta que se  presente una oportunidad para proyectarla nuevamente en forma  diferente. 
Esa culpabilidad inconsciente sanará en proporción directa a tu  disposición de entregarle tus pensamientos al Espíritu Santo. En otras  palabras, si estas dispuesto(a) a entregárselo todo al Espíritu Santo  hoy, sanas hoy, si se lo entregas mañana, sanarás mañana, si se lo  entregas a través de un millón de reencarnaciones, sanaras en un millón  de reencarnaciones. Es tu decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario