martes, 27 de diciembre de 2011

Cada conciencia funciona por sí misma

Recientemente descubrí gracias a una de las reacciones típicas de mi personalidad  que cada conciencia funciona por sí misma para sí misma. Parece algo críptico dicho así, pero es algo sumamente sencillo cuando uno repentinamente se observa desde fuera de su propia conciencia. Cuando uno es testigo de su mentalidad.

Cada conciencia personal o colectiva  es un campo de conciencia y energía.  Un campo morfogenético. La conciencia de un escarabajo no puede pensar como la de una lechuga. ¡Parece obvio pero no lo es! La mente de tu padre no puede pensar como la de tu hijo. Tu conciencia no puede pensar como la mía.  ¡Estamos separados por nuestros campos de conciencia personal!

Y cada conciencia se cubre a sí misma con sus pensamientos, se siente completa, busca la satisfacción en sí misma, hace lo posible para sobrevivir y protegerse de los otros campos de conciencia.  Tiene una función específica, y por ello simpatiza con unos tipos de conciencia y no empatiza con otros. Puede generar simbiosis, alimentarse de otros campos, pero siempre para confirmar su existencia, que delimitan de su propio campo morfogenético. Cada conciencia es lo que piensa.  Si eres una persona generosa no entenderás la avaricia; si eres vegetariano es normal que estés en contra de los carnívoros; y por eso a  un soldado no se le puede pedir empatizar con el enemigo, si antes no conecta con su propia humanidad, que es un campo de conciencia más amplio y abarcador.

Y es que cada conciencia se identifica con otros campos pero sólo en la medida que le sirven para sobrevivir, ¡para mantener su identidad! La identificacion es parte del mecanismo del campo para poder seguir existiendo. No se trata pues, de dejar de ser uno mismo, en sentido de despersonalizarse, sino de aceptar que nuestra conciencia personal es la que es, y que puede ser afinada con una conciencia mayor, con una mirada que podemos llamar espiritual, que no es nada más que una conciencia que no excluye ni rechaza nada porque abarca todos los campos como partes de sí misma. Como una madre considera a todos sus hijos respetando sus diferencias.

Pero por qué digo esto? Porque el único modo de liberarse de nuestro egocentrismo no es dejando de tener un ego, sino dejando de identificarse con nuestra personalidad! Tenemos un campo de conciencia personal, pero no somos ese campo. Y no vamos a cambiarla con un disfraz! Los campos no puedes ser transformados porque están cerrados con un sistema de pensamiento que si no pensaran como piensan ya no serían ellos mismos. Jonàs no quiere dejar de ser Jonàs! A eso lo llamamos muerte. La  evolución es sólo una adaptación del campo, no es una transformación de todo el organismo, como la metamorfosis de una mariposa.

Este reconocimiento interno puede ser una revolución para integración real de la coherencia, la  humildad y la autoaceptación. Algo muy liberador si lo miramos con profundidad. Por qué? Porque no podemos hacer nada. Nada-de-nada. Mi conciencia funciona por sí misma, igual que funciona mi aparato digestivo, mi corazón o mi metabolismo. Es un campo que se cuida de sí mismo, que funciona automáticamente. Que tiene su razones para existir tal como es, que busca lograr sus objetivos, satisfacer sus necesidades.

El problema llega cuando le atribuimos funciones que no tiene ni puede cumplir. Cualquier manipulación en mi sistema desajusta el equilibrio del campo, no lo ayuda realmente a transformarse. Es como una mutación, sigue siendo una lechuga pero sabe a remolacha. ¿Cuál sería la diferencia si seguimos siendo lo que no somos, más bonitos o más feos? Más azules o más delgados. El Ser que somos no es un campo de conciencia limitado porque no es algo que necesite adaptarse ni sobrevivir. Es universal. 


Si su pasado fuera tu pasado.
Si su dolor fuera tu dolor.
Si su nivel de conciencia fuera
tu nivel de conciencia.
Pensarías y actuarías exactamente
como él o ella.
Esta comprensión trae,
perdón, compasión y paz.
Eckhart Tolle.

Todas las cosas obran conjuntamente para el bien


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Yo soy la causa del mundo que veo



Amar es incluir, es reconocer que el otro no está fuera de ti.  Si no lo incluyes, lo  estás negando.  La negación puede tomar muchas formas, pero básicamente da lugar a la culpa y al miedo.
La proyección es el mecanismo de defensa del ego para no sentir la culpa y el miedo. La culpa a veces es amortiguada por nuestros mecanismos de defensa, pero no resuelta. Hay que reconocer el mecanismo de defensa del ego para hallar la causa (el pensamiento) de la proyección. Hay que ir a la raíz de la culpa, teniendo en cuenta la conciencia colectiva, para poder sanarla (existe la culpa personal y la culpa sistémica, de la conciencia colectiva de tu grupo). La mente cree que a través de la culpa vas a expiar.
Hay un ego que es la personalidad individual. Pero compartimos un ego colectivo (conciencia colectiva del grupo al que perteneces) que te hará sentir inocente o culpable.  La proyección proviene de un movimiento mucho más amplio que tu persona, y tu diseño personal lo expresará de una forma determinada. El trabajo radica en reconocer y observar tus mecanismos de defensa, y conectar con lo que estás sintiendo realmente.  Traspasar el límite de la culpa es lo que te hace crecer. Los límites te hacen sentir seguro, pero si no los traspasas no creces ni asciendes en la conciencia.
Liberarse de las leyes del mundo implica un perdón profundo, hay que hacer un trabajo de honestidad radical.  Este entrenamiento es para trascender nuestra condición humana (no sólo las condiciones individuales/personales).  
La causa de la percepción eres tú. El mundo es un efecto de tu mente. Primero hay que reconocer la causa del mundo que ves (es un pensamiento de ataque, y para reconocerlo hay que ver el mecanismo de defensa); luego abandonarla, y  el Espíritu Santo hace el tercer paso. La responsabilidad de nuestra experiencia es nuestra. Si no reconocemos esto siempre estaremos en el primero de los dos pasos que nos corresponden a nosotros. No se necesita total disposición, pero sí ver que necesitamos ayuda para reconocer que un pensamiento es la causa y abandonar ese pensamiento.  
Sólo puedes recibir solución en la medida en que estás abierto al amor, y dispuesto a rendirte y ver que no tienes más necesidad de esto. El perdón permite la integración. Tú no perdonas, se perdona a través de ti.



martes, 26 de julio de 2011

Caminamos juntos.

 
Es imposible recordar a Dios en secreto y a solas. Si quieres recordar a tu Padre, deja que el Espíritu Santo ponga orden en tus pensamientos y te dé la única respuesta con la que Él responde. Todo el mundo anda en busca de amor al igual que tú, pero no pueden saberlo a menos que se unan a ti en esa búsqueda. Si emprendéis la búsqueda juntos, la luz que os acompañará será tan poderosa que impartirá significado a todo lo que veáis. La jornada que se hace en solitario está destinada al fracaso porque ha excluido lo que quiere encontrar.
 

lunes, 4 de julio de 2011

Acéptate humildemente

Aceptarse plenamente implica reconocer el nivel de conciencia en el que te encuentras. No eres superman, no eres un mono.
Una cosa son tus convicciones y aspiraciones espirituales y otra muy diferente es la experiencia que tienes de ellas. Seguramente desees el amor para todas tus relaciones, pero es muy probable que no lo hayas realizado. Quizá desees la paz en el mundo pero es muy evidente que aún tienes relaciones conflictivas. 
Coherencia significa que no sacrificas tus ideales pero tampoco actúas en base a algo que no has integrado. Puedes reconocer por ejemplo, que no eres este cuerpo pero no por eso vas a descuidarlo o a ponerlo en situaciones que lo dañarían. Comprender que lo que estas haciendo lo estás haciendo bien dado el nivel de conciencia que dispones es asumir responsabilidad por lo que disnponemos y deshacerse de la culpa por no encontrarse mas allá de nuestras limitaciones. Aceptar con humildad donde te encuentras permite que tu Ser te revele Su Conciencia más allá del lugar que te encuentras.


Animados

Un Alma con un Hombre en la Tierra; no un Hombre con un Alma en el Cielo





¡Hamlet soy yo!


Si mi ego no sabe que está siendo representado por todos, mi personaje lucha por un protagonismo que sólo puede tomar el gran escenario al que pertenece. Como el haz de luz es al Sol, la estrella no es distinta de su propia luz, y así se iluminan mutuamente.
Cuando interpreto sin identifircarme con la experiencia de la actuación, la Obra y yo somos uno, y soy la gran obra de mi vida : mi conciencia se vuelca sobre la percepción sin juicio ni temor: Soy el testigo de la suma de los actos que me representan en todo.

Sin vida

Quien desea la muerte no sabe qué es la Vida.
Quien teme y huye de la muerte, no sabe que él es la Vida.


sábado, 2 de julio de 2011

El Nombre de Dios

Esta es una leccion que parte de una idea que se conoce en varios caminos misticos: encontrar el Nombre de Dios es conocer su realidad. Esto nos lleva de nuevo a la dimension espiritual del alma, q no es una conciencia q no se pueda alcanzar por la via racional. Buscar Su Nombre, es buscar la misma esencia inmutable y permanente en todos los pensamientos. Es un no-hacer para la mente q alcanza un estado no-mental por la inspiracion del espiritu santo.


El nombre de Dios no es una palabra, pero es Su Palabra. Los sufies describen esta busqueda de un modo muy bello, porque conecta con la poesia y el cuento de tradicion espiritual. Uno busca el nombre de Dios en todas las cosas: en la comida, en el paisaje, en los ojos del hombre; y en la naturaleza aparente de todas las cosas halla una puerta  a la divinidad. Y en cada accion se busca el centro de la naturaleza divina tambien: en la meditacion, en la danza, en el caminar. Y en esta busqueda, el caminante descubre q el camino y el caminar son lo mismo. Que el observador y lo observado son uno. Nos fundimos con el mundo de la percepcion, y mas alla de el, conocemos el Nombre de Dios. Porque por la fuerza de su Voz, hemos creado el universo. Ahora recorremos el camino a la inversa: omitimos lo aparente para descubrir lo esencial.

Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.

El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. Un padre le da su nombre a su hijo y, de este modo, identifica a su hijo con él. Sus hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vinculo en el que encuentran su identidad. El Nombre de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso cuando tú mismo no lo has recordado.

El Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una respuesta, ni pronunciado sin que produzca un eco en la mente que te exhorta a recordar. Di Su Nombre, y estarás invitando a los ángeles a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que quisiera mancillar tu santidad.

Repite el Nombre de Dios, y el mundo entero responderá abandonando las ilusiones. Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella: un milagro de gracia. Los enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. Los ciegos podrán ver y los sordos oír. Los afligidos abandonarán su duelo, y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de felicidad venga a bendecir al mundo.

domingo, 29 de mayo de 2011

La versión del Curso del «Padrenuestro»


Perdónanos nuestras ilusiones, Padre, y ayúdanos a aceptar nuestra verdadera relación Contigo, en la que no hay ilusiones y en la que jamás puede infiltrarse ninguna.

Nuestra santidad es la Tuya. ¿Qué puede haber en nosotros que necesite perdón si Tu perdón es perfecto? El sueño del olvido no es más que nuestra renuencia a recordar Tu perdón y Tu amor.

No nos dejes caer en la tentación, pues la tentación del Hijo de Dios no es Tu Voluntad. Y déjanos recibir únicamente lo que Tú has dado, y aceptar sólo eso en las mentes que Tú creaste y que amas. Amen.

T16.VII/12

miércoles, 18 de mayo de 2011

Co Razón

Hay una razón que trasciende el intelecto, es un conocimiento que se destila de la Conciencia. Una razón que guía pero no se intromete en las decisiones, una razón que indaga pero no revela. La razón que es capaz de guiar sabe que no es el tomador de decisiones. Escucha y atiende y sigue las directrices de todos sus centros motores y sensitivos.  Sin embargo, la razón con las solemos argumentar nuestras ideas proviene de una percepcion intelectual; pero  el sentido analitico no puede entender completamente  una situacion, una relación. Incluso cuando un cientifico necesitas indagar, descubrir,  requiere de aspectos mas creativos de la mente. Aunque la razón se apropie todo, y diga: "yo lo entendi" "yo lo vi primero", no sabe que fue inspirada por aspectos de la conciencia que son y siempre seran un misterio para ella. La razón debe buscar un compañero de corazón. 

Que el sentido superfluo de razón se haya apropiado del mundo se debe a nuestra reducido conocimiento sobre nosotros mismos. Ciertamente no somos aun hombres y mujeres de Razon, pq eso implicaria poner a la razon en el lugar q le corresponde. Seriamos filosofos que respetan el Misterio, no intentariamos adentrarnos en El con un instrumento inútil. Ser Hombres de Razón implicaria que conoceriamos las verdaderas razones de la mente, que no suelen ser impulsadas por el intelecto. Yo puedo decir que me gusta este paisaje, este trabajo o este amigo por un motivo u otro, pero es prácticamente imposible que reconozca todas las causas que impulsan una elección. Lo que impulsa a relacionarme con el mundo de un modo u otro nunca tiene un sentido racional, la mecanica de la razón es irracional. Las entrañas de la razón no se pueden comprender con el intelecto. Igual que yo no puedo saber quien eres analizándote racionalmente.

Eso es algo que ya empezamos a saber, la multidimensionalidad de la inteligencia, del ser humano, del universo. Y que hay dimensiones que la razón no entiende.


miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Disolución o compleción?

Aunque en un nivel hayas comprendido que la muerte no existe, es normal aún tener miedo a dejar de existir. Después de todo la vida personal es de la que tenemos mayor conciencia, sino la única. Hay instantes en los que aparece una conciencia que comienza a deslumbrarnos con un sentido transpersonal sobre el cual la identidad corporal (el ego o la personalidad) deja de tener protagonismo. Una práctica constante es necesaria para hallar esta experiencia cada vez con mayor fuerza.

El miedo a la muerte, es finalmente el miedo a la disolución de nuestra persona(lidad). Sin embargo, la realización siempre tiene dos sentidos: un camino de disolución y otro de compleción. Uno es femenino, el otro es masculino: El Amor y la Libertad. Normalmente la via espiritual nos pide una entrega incondicional, pues la falta de apertura de nuestro corazón requiere de la devoción y del significado del amor en nuestra vida. Pero no todos tienen esa disposición inherente y hacer de ella el centro de nuestro altar muchas veces es un suplicio. Un enfoque reconciliatorio es muchas veces más benigno: Plantearse el desafío de alcanzar nuestro propósito al unísono que nos hacemos acompañar de una relación con el amor.

En el mundo hemos separado de tal modo estos dos tipos de vias a la realización, que lo que nos ha quedado es una grotesca imagen de lo que es el amor y la libertad. En realidad ambas van juntas acompañándose siempre, aunque tengamos una predilección natural son inseparables.  Mientras lo masculino lucha para proveerse de la supervivencia material con una cruenta competencia, el amor ha quedado relegado al romanticismo de telenovela. Si no te sientes inclinado a realizar tu ser mediante una entrega permanente, si tu experiencia de mayor felicidad no es buscando momentos de disolución en el otro, en la meditación, en la oración; si la devoción no forma parte de tu preferencia vital, seguramente tengas una esencia masculina que tiende a buscar la libertad por encima del contacto íntimo o la relación amorosa con los demás. Quizá tu frustración vital es debido a la ignorancia de la naturaleza de tu polaridad energética. Olvídate del equilibrio como objetivo por un momento y respira sin prejuicios. Quizá debas luchar, quizás tu anhelo encuentra armonía en el resplandor de la fisión. Quizá tu prioridad no sea el amor interpersonal, a lo mejor alcances la fusión del amor, la disolución personal lidiando contra el desafío de poder tener la visión en vez del sentimiento. Quizá anheles la compleción. El Amor llegará porque es inevitable, pero es posible que quieras realizarlo por medios incomprensibles para ti. 

Si tu conciencia personal tiende a la compleción en vez de a la disolución, tu misión es vencer al mundo. Debes convertirte en un fuego abrasador, en una hoguera insaciable que en su núcleo arda en paz al ser alimentado por lo femenino. De esa lumbre emanará el fulgor de una luz natural que será fruto de la fusión entre la entrega y la lucha, la devoción y el conocimiento, de lo femenino y lo masculino. Si deseas la libertad por encima de todo, debes reconocer claramente tu función, recordar para qué has venido a este mundo, saber qué armas dispones y afilarlas sin compasión por ti mismo, descubrir qué es lo que le vas a entregar a lo Femenino a cambio, y ofrendarle tus dones sin reticencias. A mayor dote mayor plenitud en la boda entre Conciencia y Energía. Shakti sólo se colmará en ti si le ofrendas tu visión completa, porque únicamente se satisface de un propósito indudable. Su amor sólo se realiza con tu libertad total.

viernes, 6 de mayo de 2011

Todo es para el amor

Todo es para el amor, pero no todo es amor. 

No hay excepción: Todo lo que hacemos es para hallar el Amor. Comer, buscar reconocimiento, ganar dinero, querer placer – huir del dolor, mejorar por nosotros mismos, mejorar para los demás. Queremos ser aceptados por el amor. Pero en verdad eso que buscamos es un misterio: ¿Por qué sino buscaríamos ansiosos en los lugares más recónditos del mundo, en las formas más inverosímiles de nuestras relaciones? Todo no es por amor ciertamente. No matamos por amor, no nos defendemos por amor, no nos comparamos ni competimos por amor, no deseamos a alguien, ni tememos el rechazo, ni sufrimos la pérdida por amor, no nos manipulamos los unos a los otros por amor. Todo lo hacemos inconscientemente para hallar el amor, pero no todo lo que hacemos es amoroso. 

Esta es la confusión original: Es imposible realizar el Amor por medios que no son amorosos. Causa y efecto nunca están separados. No te preocupes del Amor, ocúpate de amar.

sábado, 16 de abril de 2011

El alumno feliz


El alumno feliz no puede sentirse culpable por el hecho de tener que aprender. Esto es tan fundamental para el aprendizaje que jamás debiera olvidarse. El alumno que está libre de culpa aprende con facilidad porque sus pensamientos son libres. Esto conlleva, no obstante, el reconocimiento de que la culpabilidad no es la salvación, sino una interferencia que no tiene ningún propósito.
T14.III/2              Tal vez estés acostumbrado a utilizar la inocencia simplemente para contrarrestar el dolor de la culpabilidad, y no la ves como algo con valor propio. Crees que la culpabilidad y la inocencia son valiosas, y que cada una representa un escape de lo que la otra no te ofrece. No quieres tener solamente una de ellas, pues sin ambas te consideras a ti mismo incompleto, y, por lo tanto, infeliz. Sin embargo, sólo puedes estar completo en tu inocencia, y sólo en tu inocencia puedes ser feliz. En esto no hay conflicto. Desear de algún modo la culpabilidad, en cualquier forma que sea, hará que dejes de apreciar el valor de tu inocencia y que no la puedas ver.
T14.III/3              No puedes establecer ningún acuerdo con la culpabilidad, y al mismo tiempo escaparte del dolor que sólo la inocencia mitiga. Vivir aquí significa aprender, de la misma manera en que crear es estar en el Cielo. Cada vez que el dolor de la culpabilidad parezca atraerte, recuerda que si sucumbes a él estarás eligiendo en contra de tu felicidad, y no podrás aprender a ser feliz. Con dulzura, por lo tanto, aunque con la convicción que nace del Amor del Padre y de Su Hijo, repite para tus adentros lo siguiente:
                     Pondré de manifiesto lo que experimente.
                     Si soy inocente no tengo nada que temer.
                     Elijo dar testimonio de mi aceptación de la Expiación, 
no de su rechazo.
                     Quiero aceptar mi inocencia poniéndola de manifiesto y compartiéndola.
                     Quiero llevarle paz al Hijo de Dios de parte de su Padre.



martes, 12 de abril de 2011

Los escogidos


Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos debería rezar: Todos son llamados, pero son pocos los que eligen escuchar. Por lo tanto, no eligen correctamente. Los "escogidos" son sencillamente los que eligen correctamente más pronto. 

Las mentes sanas pueden hacer esto ahora, y al hacerlo hallarán descanso para sus almas.
UCDM


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lunes, 11 de abril de 2011

Sé tu propia autoridad

Seamos claros: ¡Ser tu propia autoridad no significa ser una autoridad para nadie más! Simplemente significa que no dejas que nadie sea una autoridad para ti. Todo el mundo es libre de elegir, incluyéndote a ti. Y todo el mundo es responsable de la elección que hace. Las cosas no podrían ser de otra manera.

Muchas personas intentan cruzar estas líneas claras de responsabilidad, pero eso sólo nubla su percepción de la realidad. No busquéis el castigo con glotonería. Honrad estas frases y os honraréis mutuamente.

En primer lugar, entiende que no estás responsabilizándote de ti mismo cuando:

1. Dejas que otra persona decida por ti, o

2. Decides por la otra persona.

Esto es codependencia. No es algo que te fortalezca ni que fortalezca al otro. Puede parecer que te da una ventaja temporal, pero el precio que pagas por esa ventaja es perder la libertad de elegir tu propia vida.

Es genial escuchar a otros y aprender de otros. Compartir íntimamente es esencial para tu crecimiento espiritual. Te ayuda a saber dónde estás y puedes usarlo para expandir tus percepciones. Pero los demás no saben lo que necesitas. Ni siquiera las personas con capacidades psíquicas y los intuitivos pueden decirte lo que necesitas saber. Es posible que te transmitan una información importante, o tal vez no. En cualquier caso, eres tú quien debe usar dicha información para encontrar tu paz.

Entiende que hay un límite a lo que otras personas te puedan decir que te resulte verdaderamente útil. Y esos límites también son aplicables a lo que tú puedas decir a los demás. La mayor ayuda que puedes dar o recibir de los demás son las palabras de ánimo. Cualquier otra cosa no suele servir de mucho.

Para ser tu propia autoridad, debes dejar atrás la idea de que hay respuestas fuera de ti. Debes dejar atrás el concepto de que hay algo que conseguir.

La autoridad viene directamente de la experiencia. Dice: “Honro mi vida. Acepto lo que es verdad para mí, aunque no sea verdad para otros”.

La autoridad interna es inconsistente con dar recetas a otros. En cuanto intentas hacer que otros encajen en tus valores y creencias, recortas el poder que esos mismos valores y creencias tienen en tu vida. En cuanto necesitas el acuerdo de otros para honrar tu propia vida, has perdido el contacto con tu autoridad interna.

Todo el mundo tiene el derecho y la responsabilidad de decir: “Esto es cierto para mí. Esto funciona para mí”. Esta autoafirmación es importante. Porque ninguna otra vida es exactamente como la mía. Las experiencias de cada individuo son únicas, y deben ser aceptadas como tales.

Cualquiera que trate de negar la integridad de mi experiencia, niega también su propia experiencia. Es imposible autoafirmarse negando a otros.

De modo que toda la energía que invierto en negar y juzgar a los demás, me aleja de mi guía interna y de mi verdad. No empiezo a saber lo que es verdad para mí hasta que honro la experiencia de otros.

Y esto también va en el otro sentido: no empiezo a oír mi propia verdad mientras haga más caso de la experiencia de otros que de mi propia experiencia. La autoridad viene de dentro y se detiene en la superficie de la piel.

Mi autoridad establece límites a mi deseo de elegir cuando ese deseo altera la libertad y la responsabilidad de otros para elegir por sí mismos. También me capacita para elegir por mí mismo cuando otros quieren elegir por mí.

Mi autoridad es consistente con tu autoridad, e igual a ella. Tú no puedes negar ni excederte en tu autoridad sin invitarme a hacer lo mismo. En este sentido, tu fidelidad a tu propia experiencia fomenta tanto tu inocencia como la mía.

Ahora, dicho esto, está claro que excedernos en nuestra autoridad o someternos a una autoridad externa forma parte de nuestro proceso de aprendizaje aquí. Es parte de nuestra danza conjunta.

Así, nuestra intención no debe ser la de acabar el baile, sino ser testigos de él. Ser testigo de esta danza hace que los movimientos se centren. Los hace más visibles. A medida que tomamos conciencia de nuestro exceso o falta de autoridad, la corrección se realiza de manera natural. Ser testigos nos ayuda a ver y aprender de nuestra propia conducta sin juzgarla.

El problema con la autoridad es uno de los problemas más profundos con los que vamos a tener que lidiar. No hay ni uno solo de nosotros que no se encumbre o que no se machaque hasta acabar a ras de suelo. No aprendemos sobre nuestra autoridad existencial hasta que no vemos la falsedad de nuestra autoridad basada en el ego. Una viene de la simple aceptación de nosotros mismos y de los demás. La otra viene de una profunda sensación de inadecuación que proyectamos en los demás.

Quienes tienen la ilusión de ser superiores a los demás, suelen abrigar sentimientos inconscientes de inferioridad. Y los que se refieren constantemente a la fuerza o a la sabiduría de otros, suelen abrigar sentimientos inconscientes de superioridad. Curiosamente, ni la persona que se presenta como superior ni la persona que se presenta como inferior, están dispuestas a quedarse solas con sus convicciones. De un modo u otro, ambas buscan el apoyo y el acuerdo de los demás.

Debemos despertar al hecho de que podemos ser demasiado fuertes o demasiado débiles para nuestro propio bien. A los que estudian el “I Ching” este concepto no les resultará extraño. Los que son demasiado fuertes atraen a los débiles, y así ellos mismos se debilitan. Y los que son demasiado débiles atraen a los fuertes, y se fortalecen gracias a ellos.

El fuerte y el débil usan al otro para alcanzar el equilibrio. Por desgracia, éste no es un proceso consciente, de modo que el intercambio no suele entenderse bien y tampoco se agradece.

En este punto de nuestra evolución colectiva parece importante que este proceso de llegar al equilibrio se haga de manera consciente. Por eso se están publicando tantos libros sobre el abuso y la codependencia. Estos intercambios, cuando se producen inconscientemente, dejan muchas heridas indescriptibles.

Hablar de nuestras heridas es saludable. Es nuestra manera de adueñarnos de nuestra experiencia y de responsabilizarnos de nuestra curación.

Todo este proceso tiene que ver con el RESPETO, respeto por nosotros mismos y respeto por los demás. “Respeto” viene de la palabra “specere”, que significa mirar, Re-spetar, por lo tanto, significa mirar atrás, volver a ver o ver de una manera diferente.

Se comprende que primero “veremos oscuramente a través del cristal, y después veremos con claridad”. Primero percibiremos mal, y después corregiremos nuestra percepción. Primero cometeremos errores y después aprenderemos. Primero nos excederemos el uno con el otro y después nos perdonaremos.

Éste es un proceso que se repite una y otra vez. Conseguimos el respeto por nosotros mismos y por los demás violando la ley de igualdad. La conciencia de nuestra violación es la que nos lleva hacia la igualdad.

De modo que cuando decimos: “Sé tu propia autoridad”, queremos decir: “Aprende a ser quien verdaderamente eres y aprende a ver a los demás como verdaderamente son”. Practica la igualdad. Aprende de la desigualdad. Acepta el proceso. Úsalo para alinearte y crecer.


Paul Ferrini
12 pasos del perdón

viernes, 8 de abril de 2011

Una experiencia universal

El progreso es la ilusión de vivir en el tiempo. El malentendido fundamental es creer que el viaje tiene un destino que es probable que alcancemos o no. Cuando, en realidad, nosotros mismos somos el  propio destino.El universo siempre será el resultado de nuestra experiencia del viajero que creemos ser: esa variable identidad que depende del paisaje. El universo será nuestra única experiencia al comprender que el viaje, el viajero y el destino son uno.


"No eres una criatura humana en una aventura espiritual, 
sino un ser espiritual en una aventura humana". 
 Deepak Chopra

miércoles, 6 de abril de 2011

PREPÁRATE PARA EL AMOR

La mayor parte de la humanidad cree que el amor es algo mágico, que llega por ciencia infusa y desaparece por arte de magia. Que cuando se dan las condiciones y las circunstancias ideales el amor aparece espontáneamente, y cuando las circuntancias no son las adecuadas, el amor se desvanece, pues ya no hay nada que lo sustente. Pero el Amor no es el resultado de la magia, el Amor es el fruto de la voluntad de amar. Al amar se revela el amor latente en toda situación, en cualquier cualquier relación.

El amor es inherente a la acción de amar, la voluntad de la Conciencia por extenderse. Sin embargo, la experiencia del amor sin el impulso milagroso, sin la acción de amar, aunque el amor mismo esté aqui presente, se nos pasará por alto. Casi todo el mundo sabe que es un impulso imparable propio de la naturaleza del Corazón que todos los seres humanos compartimos. Nuestro malentendido parte de otorgar a la causa del amor una fuente externa, ajena a la responsabilidad de crear nuestra propia experiencia amorosa. El amor - el sentimiento-, es fruto de amar - el verbo. Cuando negamos la responsabilidad de amar, preferimos hablar de amor, considerar la probabilidad de que llegue por algún tipo de suerte que no nos comprometa. Así evitamos amar debido al dolor del pasado y el resentimiento que genera recordar el fracaso de amar, pero la atracción sigue siendo tan poderosa que nos refugíamos en la imagen del amor. El romanticismo se convierte en un ídolo, esa sensación onírica de algo lejano e inasible, que les sucede sólo a aquellos que vien en circunstancias perfectas para que el amor perdure intacto, esa sensación tan parecida al miedo, que sólo nos ha sucedido temporalmente cuando estamos inyectados de endorfinas. Hacemos del amor una abstracción mental y retiramos el poder creativo y transformador de nuestra conciencia, apagando la voluntad por extendernos más allá de nuestros límites personales. Porque el amor es una experiencia de afecto abstracto por toda la creación, que se vive internamente en una relación específica, y que nos libera de la sensación limitante de nuestra identidad personal. El amor no se puede limitar a ninguna circunstancia, porque no tiene ningún atributo material o temporal.

El amor encontrará los canales de comunicación que tú le abras, por escasos que sean o por tímidamente que lo hagas; sólo necesita tu permiso. La ley fundamental para hallar el amor, es amar. ¿Ya no se encuentra en tu relación de amistad o pareja? ¿Tu experiencia de amor ha quedado condicionada por un suceso? Entonces es momento de volver amar tu relación. Ahora. Ama y ama hasta sacarle brillo al otro. Porque amar es la acción del amor por hacer acto de presencia. Ya no podemos quejarnos porque no brillamos si alguien no nos ama, es el momento de ponerle enfásis al verbo, a la acción, y olvidar por un momento el pensamiento idílico que tenemos del amor. Respira y toma impulso para asumir responsabilidad por lo que sientes: tú no eres el efecto de tus emociones ni pensamientos.  Cuando amas de verdad, no te importa la forma que tome el amor, porque el amor es contenido informe, es la esencia luminaria que llena la inmensidad del espacio entre nosotros, la vacuidad fulgente interior de los átomos. El amor es invisible, tan sólo en sus frutos lo puedes reconocer. El amor es lo inmanifestado expresándose a través de ti. Es el Misterio en el que te fundes para volver a nacer en una nueva relación con lo desconocido. El amor no es lo que creemos, por eso tenemos que descubrirlo. Thoreau nos iluminó al decir: «¿Cómo podremos recordar nuestra ignorancia —según exige nuestro crecimiento—, si continuamente usamos nuestros conocimientos?». El amor nos pide que nos rindamos a su Conocimiento, porque no sabemos quienes somos.

El amor se encuentra amando, tal como te encuentras tú... Los accesos extáticos al amor pueden suceder en cualquier situación que te hayas entregado a la imagen de lo amado, pero no pasarán de ser un bello momento de devoción, no tendrán fuerza en ti para echar raíces. Hay que proveerle un lugar seguro donde pueda germinar, una sola relación real bastará para propagar a través de ti el germen del amor. Una relación con la que te comprometas con la libertad, a través de una acción intransigente que no pueda ser vulnerada por nada que ninguno de los dos digáis o hagáis. Donde pases por alto el ego del otro, y no te culpes por los pensamientos del tuyo. ¿Qué importa lo que digáis si no lo ha dicho el amor? ¿Qué importa lo que hagas si no lo ha hecho tu voluntad de amar? No tiene ningún efecto real sobre ti... No cambia el amor que hay dentro de ti, eso de lo que estás hecho no se puede contaminar ni destruir.  No hace falta que busques el amor ni lo que significa, tan sólo encuentra los obstáculos y elimínalos diligentemente. Si el amor es real, si existe de verdad, estará allí esperándote para que lo reconozcas. Empieza a trabajar, sigamos trabajando juntos; fortalezcamos el corazón debilitado por las extrañas relaciones que tenemos entre nosotros. 

Si estableces de antemano el propósito del amor más allá de cualquier percepción o prejuicio entonces no puedes fallar, porque te apoya la Realidad misma: el Universo se confabulará para que seas un mensajero de la verdad, un testigo de Su Amor.  Empieza por algo cercano y cotidiano, difícil, donde te veas empujado fácilmente por la reacción. El otro no tiene que saber siquiera que es objeto de tu transformación. ¿Qué puede haber más valioso que el fruto de este karma yoga? Si piensas:  Mmmm, seguro que entre nosotros no es posible el amor. ¡Entonces comienza por ahí! Creerás que estás sacrificando tu valioso tiempo, tu preciosa energía. El ego te dirá que no vale la pena. Pero no estás sacrificando nada, más que las ilusiones personales de lo que debe ser o no debe ser una relación. ¿Pero qué demonios sabemos tú y yo? Si lo supiéramos no lo estaríamos intentando tan torpemente. El amor es para guerreros. Porque el amor te va a sacudir como una tormenta en alta mar, aunque el fruto no puede ser nunca amargo. Es siempre alguna forma de paz. Por eso, el amor, es sólo para aquellos que quieren superar la guerra contra sí mismos.  Prepárate para el amor, amando. 

“Pero a vosotros que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y rogad por los que os calumnian. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis?, pues también los pecadores aman a quienes les aman. Y si hacéis el bien a quienes os hacen el bien, ¿qué mérito tendréis? Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada por ello; y será grande vuestra recompensa, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y con los malos.”  Jesús. 

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martes, 5 de abril de 2011

Sustentados por el Amor.


"Nunca olvides que el Espíritu Santo no depende de tus palabras. El comprende las peticiones de tu corazón y las colma. Dios le ha dado el poder de traducir las oraciones de tu corazón a Su lenguaje. "
 UCDM
 Manual para el Maestro. 29.6

domingo, 3 de abril de 2011

La relación Santa

Lo fundamental del Curso como filosofía, sería el Perdón, la expiación, pero la relación santa es la espina dorsal como método de trabajo. Es donde realmente podemos trabajar los principios que indica el curso.
Una relación santa no esta supeditada a la forma que tenga, eso puede cambiar, no importa que sea nuestro padre, nuestra pareja, un compañero.... Se realiza con una persona que elegimos, una persona que realmente nos importa. Lo más importante que podemos hacer aquí es dar honor a los otros, a nuestras relaciones, a nuestros padres, a nuestros hijos, la familia es Sagrada.
Tenemos que entregar esa relación en nuestra vida deliberadamente. "Esta relación te la entrego Padre " y que su único propósito sea para el beneficio de los tuyos.
Y no vale que sea contigo mismo, ha de ser con el que aparentemente es otro. Finalmente esa persona es tú mismo, es tu espejo. La mayor parte de las veces no podrás ver al otro con los ojos de Cristo, especialmente cuando está en su ego o te está atacando, entonces lo único que quieres es salir corriendo, atacar o esperar para atacar mas tarde.
La relación santa se hace en un momento de cordura, en un momento en el que estas conectado con Dios en el que te das cuenta que lo único que tiene sentido es tu relación con Dios, lo que es de dios, lo que es divino. Cuando alguien nos ataca nos vemos dominados por nuestra ira, por nuestra rabia.

Es un convenio, una promesa que haces con el espíritu, no con la persona. Entregamos una RELACION. No importa si tu pareja está o no en esto, es tu compromiso con el espíritu. Sería mejor que ambos se comprometieran en una relación santa porque así los dos reman en la misma dirección, pero no es necesario, solo se requiere uno que diga al Padre: "Voy a amar a este hermano como tu quieres que yo ame".
Y el único amor que es real aquí es el amor de Dios y nosotros tenemos que hablar como ama Dios. Nuestra palabra no vale mucho, damos nuestra palabra y al día siguiente la cambiamos Sin embargo nuestra esencia es puramente íntegra y esa compromiso con Dios, lo vamos a cumplir.

Finalmente lo que aprendemos con esa relación santa lo trasladamos a todas nuestras relaciones. Llegara un momento en el que lo único que nos satisface es tener una relación santa.
El propósito de la Relación santa es que retomemos la manera en que nuestro padre quiere que nos relacionemos los unos con los otros.

El curso menciona la relación santa desde el capitulo 17 hasta el 22.

Es grandioso el amor que podemos tocar en esta vida, debemos mantenerlo y conservarlo. Cuando se toca este amor, es como un recién nacido que debemos proteger, porque el hábito, la condición del mundo es tan densa!
Y debemos saber que se puede llegar y que podemos tocar a otros con este amor, perdonarlo todo. No vale la pena mantener nada que nos haya herido. Las personas que nos hirieron sentían tanto dolor como nosotros cuando nos hieren. Recordemos que el que ataca, aquel que ha perdido la razón, es el que mas amor necesita.

ENTREGARLO

El Espíritu Santo nos va a limpiar de todo lo que nos duele, esa es su función, la nuestra, es entregárselo todo. Atrevernos a mirar dentro nuestro y entregárselo todo. Nada que hayamos podido hacer puede cambiar la valía que tenemos ante Dios, ningún error.
No atacamos nada, no atacamos a nadie.
Este es un replanteamiento en el que te entregas con el Padre. Dios nos está pidiendo que sigamos perdonando y que lo hagamos porque sí.

NO JUZGAR

La relación santa es un compromiso a perdonar absolutamente, es un convenio que hacemos con el Espíritu Santo con respecto a una persona en tu vida. Es el compromiso de ver al "Cristo" en esta persona. Es en esa relación que entregas al espíritu, donde te comprometes a no juzgar a ese ser, donde vas a poner en practica la propuesta del Curso : "Ver más allá del error de tu hermano, pasar por alto". Te comprometes a no levantar falsos testimonios de tu hermano. Cada vez que renuncias a tu juicio y no dejas que el ego diga cómo tienes que ver a tu hermano, puedes comprobar por ti mismo el estado de felicidad que esto trae. El curso dice que no creas en nada, que lo apliques. Es la experiencia que vas a tener la que te va a convencer de la veracidad de estas palabras.

La Relación Santa nos trae de vuelta a la conciencia de lo que ya somos. Somos un solo ser, cuando nos damos cuenta de esto, ya no deseamos causar más dolor. Porque si somos uno, si tu eres yo ¿a quien estoy causando dolor?

CON QUIEN

La persona elegida para hacer esta propuesta con el espíritu es aquella "con quien estés". Comienzas con esa persona que te vino a la mente. Probablemente tú ya lo sabes.
Esta relación va a servir para procesar todo lo que tienes en contra de todo el mundo. Simplemente trabajando con una relación y entregándosela al Padre con todo tu corazón para que sirva solo para sus propósitos. Te comprometes con el Padre a no juzgar o condenar a este ser. Llevar a cabo esto en el estado que estamos en el mundo, supone cierto esfuerzo por nuestra parte. Pero tenemos la fuerza para hacerlo.

Debemos ver nuestras relaciones en grande, evitando engancharnos en pequeños detalles que no soportamos del otro, aquí el único perfecto es el Espíritu Santo. Todos nosotros tenemos fallos, no aspiremos a ser perfectos sino a dar el mejor amor que podamos dar. Pasemos por alto. Soltemos esto, veamos lo bueno de la otra persona. El camino de Dios es sencillo, nos iluminamos por lo sencillo. Mi Padre quiere que todos encontremos el camino de vuelta. No nos podemos imaginar sus ansias por ver a su Hijo de vuelta. Podemos con nuestros actos hacerlo feliz, complacerlo, vivir para complacer al Padre. Y esto lo vamos a llevar a cabo con una Relación Santa. Sería estupendo que todas las parejas se comprometieran en Relaciones Santas, amarse, eso es lo mas grande. Amar es una elección. Amando elegimos ver en el otro solo lo bueno, seguir amando. No podemos ni imaginarnos la dicha que aporta una relación santa. Es lo que todos anhelamos, lo que realmente queremos es la unión. Lo mas terrible es la condición de estar separados. Es parte del error original que nos separamos de Dios. Nunca podemos separarnos de nuestra fuente, sin embargo el HIJO pensó que se sintió separado de Dios y en ese momento se sintió separado de todo.
El otro entonces, se convirtió en otro. Vemos el dolor del otro, el problema del otro, pero es nuestro propio problema. Así que estamos llenos de soledad y vamos a romper esta soledad.
Porque finalmente la relación principal en la vida es la relación con tu creador, pero la única manera en que la realidad de esa relación con Dios se vuelve manifiesta, es a través de tu relación con tu hermano. A Dios se le habla aquí o sino no tiene sentido.

Los compromisos tienen que ser totales, para siempre, porque tu eres para siempre.

Y no dejar a esta persona sola en su sufrimiento, en el dolor.
Solo existen dos emociones el amor y el miedo. Si ves a tu relación santa que no esta en el amor, recuerda que está en el miedo. Cuando el otro está en el ego tienes el compromiso de ver su realidad, aun cuando él no la está viendo, míralo con los ojos de Cristo. Y esto nos puede tomar una vida entera. Pero es nuestra salvación porque es algo que siempre te lleva al amor. Cuando hacemos este compromiso con el Espíritu Santo (no con la persona), esto se convierte en tu camino. Y más tarde aplicarás todo lo que has aprendido con tu relación santa al resto de la humanidad y todas serán relaciones Santas.

Puedes ver que un hermano está haciendo algo que no es de Dios, debes recordar que es un ser que está confundido con ilusiones. Bendícelo, entrégaselo a Dios para que vea con sus ojos, puedes orar por él. Cuando oras por alguien, lo amas. Cuando oras por otro ser, tu corazón se abre.


Lo único que espíritu santo quiere es que desees ir en dirección a Dios, eso es todo lo que nos pide. Que tu desees hacer lo bonito, lo noble, lo que enaltece.


La Relación santa no compite con ninguna otra relación. La relación que pueda tener contigo es total y completa y no compite con la relación que yo pueda tener con ella.
Al final de cuentas vas a ser impecable solo por el gozo que te da serlo. Y es entre tú y Dios porque haces las cosas con total impecabilidad. Desarrollas una relación tan personal con el espíritu que sabes que él está contigo sosteniéndote en pasar por alto el error de tu hermano, en entregar pensamientos negativos contra alguien, a pesar de toda la resistencia que este oponiendo tu ego para que no le bendigas, para que no perdones.


RELACIONES ESPECIALES

Cuando le entregamos una relación al Espíritu Santo nos comprometemos a que esta relación sirva solo para los propósitos de Dios.
Y sin embargo la vida nos trae situaciones que tenemos que hacer algo que cause dolor a otra persona. Cuando te comprometes en una relación santa puede que surjan situaciones difíciles. Sucede a veces que incluso relaciones estables que entregamos a Dios para que sigan su propósito, se puedan romper porque se tambalea el propósito original que las trajo.
Muchas veces entramos en relaciones que sirven únicamente a nuestros propósitos, siempre el yo. Todas las relaciones que tenemos aquí son especiales, especiales en el sentido del curso. Las relaciones especiales son las que tenemos normalmente, desde nuestro ego, desde nuestro ser inconsciente. Creamos una imagen de nosotros que no tiene que ver con nuestra verdad, así es como vamos por la vida.
Y este falso yo busca relaciones con las que poder sanar su amor propio herido, el dolor, lo que nos faltó, buscamos vengarnos en las relaciones especiales, llenar con ellas nuestras carencias. Buscamos relaciones desde el nivel del ego, que ciertamente son muy difíciles.

La relación santa va contrarrestar el empeño del ego de encontrar relaciones que le realcen a si mismo. Creamos ídolos y cuando ya no los adoramos suficientemente vamos a buscar otro. Buscamos halago y cuando no lo hacen los dejamos. Así, a lo largo de nuestra búsqueda, vamos creando cadenas de relaciones. Pero no estamos dando. Decimos que estamos buscando el amor y sin embargo es lo ultimo que estamos buscando. El amor que buscamos como ego nunca lo vamos a encontrar.

Al principio, cuando dos personas se atraen, se unen, se enamoran, la relación es real, pero es mas tarde que el ego utiliza esa relación y así es como la dañamos, dejándonos seducir por las demandas del ego. Pero ese amor que hubo al principio es real. Este es un motivo para que batallemos en el sentido de que vamos a mantener este amor vivo.

Vamos a trascender el orgullo, dejarlo de lado, que te hizo esto, que no te dio un regalo.... El ego va a hacer lo posible para evitar que estas dos personas lleguen a amarse completamente.
El ego es depredador en su naturaleza, no desea el bien a nadie, solo se ocupa de su pellejo, de si mismo, es la infelicidad. La relación santa es la esperanza, voy a amar como dios quiere que ame, no voy a dejar a mi hermano en su dolor incluso cuando su miedo se proyecta sobre mí. Ahí debes mantenerte y demostrarle que no puede hacerte daño, no en el sentido del ego, sino que vea que tu le amas a pesar de su ataque. No ceder ante el ataque, mantenerse firme, invertir con Dios porque lo único que te mantiene es tu compromiso con Dios. Si no, caeremos enseguida y al primer ataque se nos olvidan todos nuestros compromisos.

El secreto fundamental del curso es tomar la actitud: "HACER FELIZ". Te comprometes a hacer feliz a ese ser, esto no significa que violes tu integridad, tu ética, tu moral. Esta relación santa te puede pedir algo que sabes que te va a dar culpa, no le abandones, dile que no a la idea, pero no a él. Si tu das la espalda a tu hermano, no podrás evitar pensar que Dios te va a dar la espalda a ti, no se puede evitar. Dios sigue siendo en nuestra mente un concepto y va a ser tal y como tu eres con tu hermano. Si eres compasivo vas a saber que Dios es compasivo contigo. Por eso en el Curso todo el enfoque es con el otro, que seas compasivo con el otro, hacer feliz al otro. Eso es lo mas grande.

En este camino vas a desarrollar una moral que nace de entender, del amor de dios que te inspira, te vas a comportar de una manera tan moral, no en el sentido que impone la sociedad, sino una ética personal que te nace de adentro. Nunca hagas a otra persona lo que no quieras que te hagan a ti. Es la regla de oro. Si la mantienes nada te quitará tu paz. Si haces algo que no está bien, te llenas de culpa, pierdes tu paz. Tenemos que reclamarnos, clamar que somos los santos hijos de dios.



DE DOS EN DOS

Aun continúan vigentes y continuarán siempre, las palabras de Jesús: "Amaos los unos a los otros".
La relación Santa es el camino del curso, es el logro. Porque a Dios se va de dos en dos, no podemos llegar solos. No podemos llegar a Dios a menos que hayamos logrado amar a otro ser, haberlo perdonado completamente. Así se puede entrar en el reino de los cielos.
Dice el Curso que el Espíritu Santo es la "intención" del Padre, es nuestra conexión con lo divino en nosotros mismos.
En la relación santa lo que va a levantar el ultimo velo es atrevernos a mirar a Dios. Pero tenemos miedo, nos sentimos culpables de acercarnos a Dios. NO PODEMOS LLEGAR SOLOS porque la condición de "solo" es la condición de la separación.
Cuando llegamos a amar a un ser completamente, cuando hallamos llegado a perdonarlo completamente, es cuando se levanta el ultimo velo. Atreverse a mirar a Dios de frente.
En soledad podemos tocar momentos preciosos y bellos, pero solo habiendo amado, habiendo visto al otro ser como a ti mismo. Porque tu mente rompe en ese acto el concepto de la separación, entonces te vuelves hacia Dios. Esto no es mental, es una experiencia, pura realidad.
Es apostar a que dos personas lleguen amarse, realmente perdonarse, trascender todo lo que el ego ha montado para mantener la separación. La unión no se alcanza a través del cuerpo, es a través de la entrega de nuestra totalidad. En esa unión de dos seres está la semilla del fin de la muerte. Jesús resucitó y probó que la muerte no es real porque la vida no puede morir. El Curso dice que la muerte es la consecuencia del pecado.
Lo que Jesús logró, lo logró para nosotros La causa de esto es que todos tenemos una mente común.
Una relación santa implica dos seres que trascendieron su yoismo y vieron el nosotros mismos, el uno, rompiendo el concepto de separación.
La relación santa es el camino mas rápido a Dios donde vas a poder trabajar el perdón. Lo que Dios a unido nadie lo puede separar. Cuando tu has entregado al Padre tu relación, eso es para siempre.
Lo que sucede es que ya estamos relacionados, la relación santa trae a relucir la verdadera unión que ya tenemos.

DEL LADO DE DIOS

Nosotros tenemos responsabilidad en lo que esta pasando en el mundo. Cada vez que castigas a alguien porque te hizo algo, estas apoyando todas las barbaridades que se hacen, sigues sosteniendo el pensamiento que da lugar al castigo, al ataque. En un momento tienes que ponerte del lado de Dios decididamente. Parte de la función del curso es ayudarnos a tomar la misma decisión que Jesús tomó, escuchar una sola voz, la voz de Dios. El siempre te va a decir que tu hermano es inocente, siempre te dirá AMALO.
La voz del espíritu es apremiante, si la sientes vas a actuar, siempre te va instar a que perdones, a que veas mas allá de su error, a que no seas testigo de su ego.
Lo mas importante para la relación santa es la fe. Tienes que tener fe en tu hermano independientemente de lo que haga o haya hecho. Si estás firme con tu compromiso con Dios, vas a sostener la fe en tu hermano. Tu compromiso vale, se cuidadoso con tu palabra y si tienes que cambiar algo, pídele permiso a la otra persona y si no está conforme, debes mantener tu palabra. Siempre puedes renegociar pero si el otro dice no, consérvala. Así vas a aprender a ser muy cuidadoso, ser genuino contigo mismo en el sentido de ser responsable y decir sí cuando debes hacerlo e incluso aprender a decir no cuando es necesario.