Amar es incluir, es reconocer
que el otro no está fuera de ti. Si no lo incluyes, lo estás negando.
La negación puede tomar muchas formas, pero básicamente da lugar a la
culpa y al miedo.
La proyección es el mecanismo
de defensa del ego para no sentir la culpa y el miedo. La culpa a veces es
amortiguada por nuestros mecanismos de defensa, pero no resuelta. Hay que
reconocer el mecanismo de defensa del ego para hallar la causa (el pensamiento)
de la proyección. Hay que ir a la raíz de la culpa, teniendo en cuenta la
conciencia colectiva, para poder sanarla (existe la culpa personal y la culpa
sistémica, de la conciencia colectiva de tu grupo). La mente cree que a través
de la culpa vas a expiar.
Hay un ego que es la
personalidad individual. Pero compartimos un ego colectivo (conciencia
colectiva del grupo al que perteneces) que te hará sentir inocente o
culpable.
La proyección proviene de un movimiento mucho más
amplio que tu persona, y tu diseño personal lo expresará de una forma
determinada. El trabajo radica en reconocer y observar tus mecanismos de
defensa, y conectar con lo que estás sintiendo realmente. Traspasar el límite de la
culpa es lo que te hace crecer. Los límites te hacen sentir seguro, pero si no
los traspasas no creces ni asciendes en la conciencia.
Liberarse de las leyes del
mundo implica un perdón profundo, hay que hacer un trabajo de honestidad
radical. Este entrenamiento es para
trascender nuestra condición humana (no sólo las condiciones
individuales/personales).
La causa de la percepción eres
tú. El mundo es un efecto de tu mente. Primero hay que reconocer la causa del
mundo que ves (es un pensamiento de ataque, y para reconocerlo hay que ver el
mecanismo de defensa); luego abandonarla, y el Espíritu Santo hace el
tercer paso. La responsabilidad de nuestra experiencia es nuestra. Si no
reconocemos esto siempre estaremos en el primero de los dos pasos que nos
corresponden a nosotros. No se necesita total disposición, pero sí ver que
necesitamos ayuda para reconocer que un pensamiento es la causa y abandonar ese
pensamiento.
Sólo puedes recibir solución
en la medida en que estás abierto al amor, y dispuesto a rendirte y ver que no
tienes más necesidad de esto. El perdón permite la integración. Tú no perdonas,
se perdona a través de ti.
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